Una propuesta en materia fiscal ha centrado el debate político de las últimas semanas. El pasado 20 de abril el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, presentó ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido un plan fiscal para devolver -según sus cálculos- hasta 10.000 millones de euros a los ciudadanos por la recaudación extra de la inflación, cuyos niveles han hecho saltar todas las alarmas.
En concreto, el nuevo presidente de los populares propone bajar el IRPF a las rentas inferiores a los 40.000 euros a través de la deflactación de la tarifa en los tres primeros tramos, ajustar las retenciones para que la bajada del impuesto tenga carácter inmediato y efecto retroactivo desde el 1 de enero, una ayuda directa de entre 200 y 300 euros para las personas con menos ingresos, y crear una figura temporal en los mínimos personales y familiares para las rentas medias y bajas.
Desde Gestha ya nos hemos mostrado partidarios de evitar que los contribuyentes más vulnerables deban pagar más impuestos sin haber incrementado su poder adquisitivo como consecuencia del aumento de la inflación acumulada en los últimos años.
Sin embargo, resultaría a todas luces necesario que esa deflactación del IRPF para las rentas medias y bajas fuera acompañada de un aumento de la tributación para rentas y patrimonios altos, así como para los beneficios de las grandes empresas que no se hayan visto afectadas por la crisis; tal y como recientemente han sugerido organismos de la talla del FMI o la OCDE.
Centrándonos en la deflactación, desde Gestha hemos propuesto acordar las escalas estatales y autonómicas de la base liquidable general y del ahorro, así como los mínimos personales y familiares estatales, según la estimación de la inflación media acumulada de 2021 y 2022, y con efectos retroactivos al 1 de enero para que también beneficie a los herederos de quien pueda fallecer en este año.
De igual modo, hemos sugerido acompasar esta medida con nuevos tramos en las escalas estatal y autonómica de la base liquidable general y del ahorro vigentes.
A nivel territorial, los técnicos de Hacienda defendemos la deflactación de las escalas autonómicas del IRPF y los mínimos personales y familiares autonómicos según la estimación de la inflación media acumulada de 2021 y 2022, con efectos retroactivos al 1 de enero, en ejercicio de la corresponsabilidad fiscal de los Gobiernos autonómicos.
Ahora bien, Feijóo planteó una rebaja de la tributación por módulos del régimen simplificado en el IVA y régimen especial en sectores como la ganadería, el transporte, la industria o la agricultura. El líder gallego también exigió acometer una rebaja urgente del IVA sobre el gas natural y la energía eléctrica, y propuso actuar sobre el Impuesto de Sociedades.
Y en este contexto, caracterizado inexorablemente por la necesidad de atender a los ciudadanos y empresas más afectadas por la invasión de Ucrania, debe tenerse especial cuidado para no mermar la recaudación de las arcas públicas. Porque una reducción de los ingresos, ahora que se requieren aumentos del gasto para mitigar los efectos de la guerra, tendría tremendas consecuencias en términos de déficit y deuda; máxime cuando en apenas dos meses España se quedará sin la ayuda extra del BCE para poder colocar deuda pública.
Finalmente, el presidente del PP también habló de la necesidad de racionalizar el gasto o de rediseñar los Fondos Europeos: labores para las que los técnicos de Hacienda necesitaríamos que nos otorgaran más competencias y responsabilidades.
Pero en este marco, lo que de verdad urge en materia fiscal es reforzar la lucha contra la economía sumergida y el fraude: una epidemia frente a la que necesitamos una vacuna que solo lograremos con la unión de todos los partidos del arco parlamentario.
Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)
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