La brecha salarial en España aumenta con la crianza de hijos y el cuidado de mayores
08 marzo 2024 | 4 min lectura
La incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha sido uno de los principales hitos económicos y sociales del último siglo, al que España llegó con algo de retraso según los expertos. Sin embargo, las brechas de género en el plano laboral persisten y, lo que es más preocupante, han dejado de reducirse. La maternidad, las tareas de cuidados y la diferencia en la remuneración de los trabajos que permiten conciliar frente a los que no lo hacen, son algunas de las causas.
Es lo que destacan y analizan Laura Hospido, Economista Senior de la Unidad de Análisis Microeconómico del Banco de España y Manuel Rojo, experto en Economía internacional y zona euro de esta misma entidad de la mano de la teoría de Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía 2023 precisamente por sus estudios pioneros sobre la brecha de género.
Precisamente una de las tesis que defiende Claudia Goldin es que la llegada de la píldora anticonceptiva a finales de los años 60 supuso un punto de inflexión decisivo en las expectativas de las mujeres. Los anticonceptivos orales facilitaron que las mujeres pudieran planificar su futuro, controlar su maternidad y retrasar la edad del matrimonio y del primer hijo. Algo que favoreció a su educación y a su carrera profesional.
Esto junto con los avances tecnológicos en el hogar, posibilitaron lo que Goldin denominó la «revolución silenciosa«. Un cambio de expectativas y mentalidad de las mujeres en relación con su vida laboral y profesional, que tuvo unos efectos en el crecimiento económico, comparables incluso con los de la globalización. Sin embargo, el reciente Premio Nobel de Economía destaca que el último capítulo de la «gran convergencia de género» sigue pendiente aún.
En paralelo, algo similar ha sucedido respecto de la brecha salarial entre hombres y mujeres. Como muestra Goldin en Estados Unidos, la ratio entre los ingresos anuales (medianos) de mujeres y hombres apenas ha variado en los últimos años, después de décadas de mejoras, especialmente en los años 1980: las trabajadoras de 25 a 69 años a tiempo completo ganaban en 1980 un 56% de lo que los hombres; en 2000, el porcentaje había aumentado hasta el 74%, pero en 2010 apenas había avanzado al 77%.
¿Dónde se dan las mayores diferencias salariales entre hombres y mujeres? En el año 2021, en su libro Career and Family, Goldin demostraba que estas diferencias se amplían con la llegada de los hijos y son particularmente grandes en aquellos empleos que recompensan desproporcionadamente la total disponibilidad horaria, así como las jornadas laborales más largas en sectores como las finanzas, los negocios, el derecho y el mundo académico.
Para la economista estadounidense, son este tipo de “trabajos codiciosos” con jornadas imposibles para conciliar los que penalizan en mayor medida cualquier interrupción como sería la maternidad o el cuidado. Además, son estos trabajos los que han experimentado los mayores aumentos de ingresos en los últimos años.
En esta misma línea el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) señala que la brecha salarial en España se observa en las franjas de edad en las que se concentra la crianza de hijos y el cuidado de mayores.
Según su VIII Informe ‘Brecha salarial, suelo pegajoso y techo de cristal’ la diferencia es mínima entre los 26 y 35 años (-13,1%), pero la tendencia de la brecha relativa se rompe entre los 36 y 45 años (-23,8%) y sigue aumentando con la edad hasta que se dispara, singularmente, a partir de los 65 años (-61,6%), confluyendo en estas edades varias circunstancias explicativas, entre ellas, haber subordinado su carrera profesional a los cuidados de hijos y mayores.
La brecha salarial de género se incrementa conforme aumenta la edad, de manera que la diferencia de los salarios entre hombres y mujeres oscila entre los 619 euros anuales en las trabajadoras menores de 18 años y los 10.442 euros anuales en las de más de 65 años. Por eso Gestha concluye en su informe que el peso de los cuidados lastra la promoción profesional de las mujeres, a pesar de la mejora de su preparación y cualificación.
En concreto Goldin destaca que durante los siglos XIX y XX, la participación laboral de las mujeres casadas (en este caso en Estados Unidos) no siguió un patrón de crecimiento lineal, paralelo al desarrollo económico, sino que su evolución fue en forma de U. La razón se encuentra en que:
(Participación laboral de mujeres casadas en Estados Unidos, 1790-2000. Fuente: Blog del Banco de España).
En el caso de España, sin embargo, los autores indican que la tasa de ocupación (o tasa de empleo) femenina hasta 2010, aunque también muestra forma de U, es mucho menos marcada y con cierto desfase respecto a Estados Unidos, debido a que el proceso de industrialización de nuestro país fue posterior. Se puede ver en este gráfico que muestra la evolución de la tasa de participación laboral femenina en España desde 1900 hasta 2020:
Ellas les superan en formación educativa. A pesar de todos los avances, las mujeres españolas han superado a los hombres en formación educativa a lo largo de los años aunque no han conseguido igualarlos en cuanto a participación laboral aún.