Unos cambios de hábitos, que han transformado un mercado que, según los últimos datos recogidos en el Anuario del Juego elaborado por el Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO), genera 822 millones de euros en términos de GGR (Gross Gaming Revenue), es decir, la diferencia entre las cantidades jugadas y los premios obtenidos por los clientes. No obstante, teniendo en cuenta las cantidades apostadas, supera los 2.200 millones.
Así, la industria ha evolucionado y ha ido adaptándose a los cambios sociales desde que el 22 de septiembre de 1946 se vendió el primer boleto de la Quiniela. Compuesto por siete partidos de la liga de fútbol, su precio era de dos pesetas, que se abonaban en el momento de retirarlo y antes de realizar el pronóstico. De todo lo recaudado, se destinaba a premios el 45%, a la Beneficencia otro 45% y el 10% restante para los gastos administrativos y de gestión.
En los dos primeros años, no solo había que acertar el resultado del partido, sino también los goles de los equipos. Se premiaban las cuatro categorías con mayor número de partidos acertados, ya fuera con el resultado exacto o la mayor aproximación, lo que complicaba bastante la apuesta. Un sistema que se mantuvo hasta que en 1948 se introdujo el formato 1X2 extendido a 14 partidos, el cual ha perdurado hasta hoy.
A lo largo de su historia, se han producido muchas anécdotas en torno a la quiniela, como que Franco, gran aficionado a este juego, resultó ganador de casi un millón de pesetas. El boleto, sellado con domicilio en El Pardo, aún se conserva en el Patronato Nacional de Apuestas Mutuas.
Tras 50 años de monopolio absoluto, la popularidad de La Quiniela fue cayendo año tras año desde los años 90. Y como muestra , un botón. Mientras que en 1997 casi un 20% de la población declaraba participar en este juego de azar, en 2023, solo un 1,7% afirmó hacerlo. Un paulatino declive que se intensificó a partir de 2008, cuando varios operadores de apuestas deportivas consiguieron las primeras licencias para operar en la comunidades de País Vasco y Madrid. Esta iniciativa fue adoptada posteriormente por otras regiones españolas, dando lugar a un mercado más competitivo. Posteriormente, la Ley 13/2011 proporcionó un marco legal para el juego online, avanzando en la regulación y la legalización de las apuestas deportivas en todas sus modalidades.
Esta industria en España está compuesta a día de hoy por operadores privados que ofrecen productos de apuestas deportivas con cuota fija, así como por la Sociedad Estatal de Loterías y apuestas del Estados (SELAE), que se encarga de las apuestas mutuas (o parimutuel), en las que los premios dependen de las cantidades apostadas y, entre, las que se encuentra La Quiniela y sus variedades, como El Quinigol.
Actualmente, las apuestas deportivas de cuota fija constituyen más del 90% de la actividad de la industria en detrimento de las apuestas mutuas , cuyos GGR apenas ascendiendo a 71 millones de euros.
Por su parte, según constata CEJUEGO, el mercado las apuestas, especialmente las online, tras un ciclo ascendente derivado del atractivo de su novedad, han entrado en una fase de estabilidad.
En este sentido, el margen obtenido por las apuestas presenciales asciende a 359 millones de euros, y a 360, el de las online, lo que supone un incremento del 19,6% y 17,6%, respectivamente, en relación al año anterior, pero se mantiene prácticamente invariado si se compara con 2019. «Se prevé que el mercado de las apuestas deportivas mantenga su estabilidad este año, con posibles aumentos en la temporada estival impulsados por eventos destacados como la Eurocopa de fútbol y los Juegos Olímpicos de París. En retail el mercado ya es maduro y bastante estable, con crecimientos muy moderados, por debajo del 5%. Los crecimientos son más acusados en algún territorio de más reciente implantación, como Andalucía», destacan desde CEJUEGO.
Los deportes más populares para las apuestas son el fútbol, el baloncesto y el tenis, representando el 57%, 20,37% y 12,68%, respectivamente, del total de apuestas del ejercicio pasado. El resto de deportes, incluyendo carreras, representan el 9,5% restante. Además, y dependiendo de una fuerte estacionalidad, el béisbol y el fútbol americano suelen ser deportes atractivos para los usuarios. Otras apuestas que se pueden considerar tradicionales, como las hípicas, están en declive, con cifras poco significativas.
En España, la red minorista de apuestas deportivas está compuesta por alrededor de 14.000 puntos de venta y cerca de 24.000 máquinas situadas en bingos, casinos y salones de juego. Integran la misma 79 operadores con licencia. A pesar de esta amplia oferta, el mercado está dominado principalmente por operadores internacionales, como Bet365, William Hill,Bwin, 888poker, PokerStars, partypoker, y Winamax, entre otros. Junto a ellos, se encuentran casas de apuestas nacionales, como Codere, Kirolbet, Luckia, Reta, Sportium o Versus.
Levi Pérez y Plácido Rodríguez, investigadores del Departamento de Economía de la Universidad de Oviedo, destacan que las apuestas consiguen que el interés por el deporte sea mayor, a la vez que son una fuente de financiación para el deporte profesional Asimismo, las apuestas constituye una actividad económica generadora de empleo y beneficios. Los autores, asimismo, destacan la tendencia actual está condicionada por la mayor disponibilidad de sitios de apuestas en Internet y los avances tecnológicos. Es por ello que los desafíos del sector en el futuro inmediato estarán determinados, entre otros aspectos, por el impacto de la tecnología blockchain y el auge de las criptomonedas.
Y es que el desarrollo de tecnologías de «bloques» y el auge de las divisas digitales también ha impactado en las apuestas deportivas, aportando a los apostantes seguridad, velocidad, acceso y anonimato. En este sentido, las transacciones con criptomonedas brinda al público una mayor confianza a la depositar o retirar fondos, al estar precisamente protegidas por la tecnología blockchain. A diferencia de los métodos tradicionales que tardan días en procesarse, los movimientos con criptomonedas se completan en minutos. Al no estar sujetas a las regulaciones geográficas típicas, permiten a todo el mundo participar en plataformas de apuestas internacionales sin las limitaciones que tienen las monedas fiduciarias. Cuentan, asimismo, con un valor añadido en discreción, ya que los usuarios pueden mover fondos sin mostrar datos personales. Además, muchas casas de apuestas que adoptan criptomonedas ofrecen promociones y bonificaciones especiales para aquellos que las utilizan. Estos incentivos pueden incluir bonos de depósito, apuestas gratuitas o incluso recompensas exclusivas para usuarios que prefieren las transacciones con las mismas.
Otras tecnologías también están haciendo cada vez más fiables y seguro el juego en vivo. «Herramientas innovadoras como la realidad aumentada permiten la superposición de estadísticas y datos relevantes directamente sobre la pantalla, lo que facilita la toma de decisiones informadas. Además, los avances en la industria tecnológica aumentan la capacidad de las empresas para conocer en profundidad a sus clientes y darles un mejor servicio, adaptando su oferta de juegos y promociones a sus preferencias. Aquí, intervienen todas las tecnologías, como el Big Data, machine learning y ahora IA. La tecnología también ayuda a implementar la eficiencia de todo lo relacionado con depósitos y retiradas», explican desde CEJUEGO.
La Inteligencia artificial (IA) está desempeñando un papel cada vez más destacado en las apuestas deportivas, al analizar datos históricos, tendencias y patrones, lo que resulta en pronósticos más precisos respaldados por información objetiva. El modelo predictivo que utiliza la IA también tiene en cuenta noticias, opiniones, blogs, publicaciones en redes sociales y artículos referentes a eventos anteriores. Toda esta recopilación sirve para ofrecerle al jugador tips y consejos para que realice apuestas seguras. La industria también ha avanzado mucho en aspectos como los accesos biométricos. En la parte online, ahora, los usuarios pueden «loguearse» usando un Face ID o una huella digital, también existen mejoras en la verificación de la identidad de los clientes a la hora de cotejar la cara del cliente con la foto del DNI para impedir la usurpación de identidad.
La industria del juego privado lleva enfrentándose en los últimos años a una fuerte regulación, tanto nacional como autonómica, una legislación con la que el sector es crítico. «Las empresas del juego privado nos vemos cada vez más perseguidas por algunas administraciones que se basan en criterios ideológicos para legislar. El juego y todos los actores implicados en su industria y cultura (empresas, trabajadores, usuarios...) son señalados e, incluso, criminalizados por una parte de la sociedad. Algo que no ocurre con el juego de categoría pública (ONCE y SELAE) al no estar sometidos a las mismas regulaciones en aspectos como la publicidad y los controles de acceso al juego», señalan desde CEJUEGO.
En este sentido, la patronal considera positiva la reciente a la sentencia del Tribunal Supremo, que anula varios artículos del Real Decreto 958/2020 de comunicaciones comerciales «pues pone de manifiesto que, en la pasada legislatura, la regulación de la publicidad del sector impuso unos límites y restricciones desproporcionados, que no observaban medidas de amparo legal suficiente. La medida, no obstante, tiene un alcance limitado porque estas restricciones han sido reguladas con rango de ley, por lo que los límites horarios van a seguir vigentes. «En todo caso, nos gustaría que, por una vez, el Gobierno contara para su regulación con los operadores», apostillan.
Está claro que todos aquellos que apuestan asumen unos riesgos, puesto que unas veces se gana y otras se pierde. Sin embargo, hay un actor que siempre gana, y ese no es otro que Hacienda, que se lleva su correspondiente pellizco por las ganancias obtenidas por los apostadores. Consciente del interés que despiertan entre los españoles este tipo de juego de azar, especialmente el online, que en los últimos años ha experimentado un importante auge, la Agencia Tributaria ha lanzado por primera vez en esta Campaña de la Renta y Patrimonio 2023, que arrancó el pasado 3 de abril y que se extenderá hasta el próximo 1 de julio, avisos preventivos dirigidos a los contribuyentes por el juego en línea. Hacienda previó en la presentación de la campaña de este ejercicio que estas comunicaciones llegarían a un total de 164.000 contribuyentes.
Junto a los avisos en los documentos de datos fiscales para recordar la necesidad de declarar inmuebles, rentas del exterior o monedas virtuales, este ejercicio se añade información para aquellos contribuyentes que en el año 2023 hayan realizado operaciones de juego digital a efectos de recordarles que deben declarar esas operaciones.
¿Cómo tributan las apuestas? Según la información de Gestha, los beneficios y pérdidas obtenidas por las apuestas tributan a efectos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) como ganancias o pérdidas patrimoniales no derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales, que se incluyen en la base general del Impuesto (junto con los rendimientos del trabajo, actividades económicas, alquileres, etc.). El contribuyente que realiza las apuestas podrá compensar las pérdidas derivadas de las mismas con las ganancias obtenidas en el ejercicio.
Esos beneficios están sujetos a tributación en el IRPF a partir de 1.600 euros, o los 1.000 euros en el caso de estar obligados a declarar por rendimientos del trabajo.
La Agencia Tributaria ha firmado diversos convenios de intercambio de información en materia de juego con la Dirección General de Ordenación del Juego a efectos de control e inspección en sus respectivos ámbitos de competencia, por lo que las empresas del sector tienen la obligación de facilitar toda la información que les sea solicitada por la Agencia Tributaria, sin perjuicio de las obligaciones generales de información.
TaxDown añade, por su parte, que, en cuanto a la casilla a completar en la declaración, los beneficios que se hayan obtenido mediante las apuestas deportivas se tienen que incluir en la casilla 282 del borrador. Si se han obtenido recompensas en otros juegos de azar y de casino, se deben incorporar a la casilla 290. De no hacerlo, Hacienda iniciaría un procedimiento para comprobar esa declaración y los contribuyentes podrían enfrentarse a multas o sanciones.
Por su parte, las quinielas, al formar parte de los juegos de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), para importes iguales o inferiores a 40.000 euros, no están sujetas a retención. La norma tributaria establece, en el caso de las apuestas deportivas dependientes de la Administración, que los premios que superen esa cuantía deben pagar el 20% del premio total recibido menos el importe exento, como ocurre también en el caso de la Lotería. Este dinero no se suma a la base imponible del IRPF.