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Economistas alertan de que una subida de impuestos puede agudizar la desaceleración
ABC ha consultado a varios economistas para que ofrezcan su opinión sobre las principales medidas propuestas por la formación morada y sus posibles consecuencias sobre el crecimiento
María Cuesta Carlos Manso ChicoteMADRID Actualizado:27/09/2018 01:46h
El 15 de octubre es la fecha límite para que el Gobierno presente en Bruselas los Presupuestos Generales del Estado. El tiempo corre en contra de Pedro Sánchez y Podemos es bien consciente de ello. Con este escenario contrarrelojcomo telón de fondo, los de Pablo Iglesias presentaron esta semana una batería de medidas fiscales que suponen un alza de impuestos con un impacto calculado de 10.500 millones de euros. ABC ha consultado a varios economistas para que ofrezcan su opinión sobre las principales medidas propuestas por la formación morada. El factor común de todos ellos es que un momento de ralentización como el que vive actualmente la economía no es el indicado para aumentar la carga impositiva.
Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), explica que «las subidas de impuestos tienen un efecto contractivo para la economía pues retraen la demanda y pueden generar desincentivos por el lado de la oferta. Lo primero puede ser bueno o malo dependiendo de la situación cíclica y lo segundo es malo en general pero puede ser más o menos grave dependiendo de cómo se haga. Por otra parte, hay que valorar qué es lo que se quiere hacer con el dinero extra que se recauda. Hay que tener en cuenta las tres cosas para poder valorar si una subida determinada de impuestos es o no una buena idea».
«A veces es mejor subir los impuestos para reducir el déficit y no acumular más deuda. Siempre es un tema complejo que hay que valorar. Lo importante, en mi opinión, es ver qué se quiere hacer con el dinero extra recaudado. Subir los impuestos para aumentar el gasto y además hacerlo de forma no selectiva es un error», asevera De la Fuente.
«A lo mejor, los ricos se van»
En opinión de Rafael Pampillón, profesor del IE Business School, con estas propuestas, Podemos «parece que están jugando a ver quién es más de izquierdas» y ha apuntado que se tratan de «medidas de maquillaje», que no llegan al fondo de la cuestión, y que llevan el mensaje de que se quiere grabar más a los ricos. «A lo mejor, los ricos se van», ha señalado.
Por este motivo, Pampillón apuesta por reducir el gasto público a través de medidas como centralizar más la gestión universitaria o educativa y por un acuerdo entre todos los partidos políticos entorno a la fiscalidad «para que no cambie con cada gobierno». De cualquier modo, ha añadido, «en un momento en que la economía comienza a desacelerarse subir impuestos no sé si será la mejor medida» y ha tachado de «populismo» las propuestas de Podemos en este terreno.
Coincide con él De la Fuente: «Estamos en un momento peculiar económicamente hablando, en el que empiezan a aparecer signos de ralentización después de varios años de recuperación y fuerte crecimiento. Si esto se confirma, subir los impuestos no sería lo más conveniente. Lo ideal sería llevar a cabo una política contracíclica, es decir, subir los impuestos cuando la economía crece con fuerza y bajarlos en los que se ralentiza. Pero esto rara vez se pone en práctica».
Para el director excutive Master in Corporate Finance & Law de Esade, Juan Ignacio Sanz, el alza propuesta del IRPF tiene «un componente expropiatorio y es desincentivador». Además ha puesto en duda su eficacia, en la línea de incrementar la recaudación real. En esta línea, ha cuestionado que se pueda considerar rico a alguien que gana 120.000 euros y cuya renta quedaría muy mermada con los nuevos tipos: «El listón está muy bajo, ya que el estándar internacional en las comparativas de los más ricos está entorno al millón de dólares excluida la vivienda habitual», ha explicado este experto que ve la actitud del Gobierno en clave parlamentaria.
Impuesto a la banca: ¿más comisiones al cliente?
Otro de los caballos de batalla de la formación morada es el incremento de la presión fiscal sobre la banca, incluso a través de un impuesto ad hoc en la línea de lo que venía defendiendo el PSOE antes de llegar al Gobierno. Al respecto, el director executive Master in Corporate Finance & Law de Esade, Juan Ignacio Sanz, ha advertido que las entidades financieras «lo gestionarían como un gasto de explotación de naturaleza fija, y lo repercutiría neceriamente en el precio del servicio al cliente».
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el elevado nivel de fraude fiscal que existe en nuestro país. Así lo apunta José María Mollinedo, secretario general del sindicato de los Técnicos de Hacienda (Gestha), que se muestra más cauto: «La cuestión estaría en ver si las medidas propuestas de aumento impositivo van a generar mayor recaudación o un incremento del fraude», ha asegurado, y se ha mostrado más favorable a incrementar la capacidad tributaria del país reduciendo la economía sumergida, no aumentando impuestos, y mejorando la progresividad. «Lo deseable sería lograr más recaudación o contener el gasto, no estar en una situación de déficit», ha apuntado Mollinedo.
¿Más gasto?
Elevar el techo de gasto es otro de los grandes campos de batalla políticos actualmente. Desde la dirección de Podemos se aseguró a ABC que, aunque lo que persiguen en la actualidad es aprobar un nuevo techo, si finalmente no fuera posible por el «filibusterismo parlamentario de PP y Cs», se dará la posibilidad de apoyar unas cuentas regidas por el techo de gasto actual; eso sí, siempre que el Gobierno sea capaz de acomodar las medidas sociales que le plantean desde el grupo confederal.
«Tengo la sensación de que hay una cierta presión para gastar más sin mirar muy bien en qué. Se habla, por ejemplo, de la necesidad de revertir los recortes en sanidad y educación, pero aquí habría que matizar mucho. Si miramos la senda de gasto de los últimos quine años, los recortes tienen bastante de sana corrección del irresponsable incremento de gasto que se observa en los años del "boom". Además, puesto que estamos hablando de servicios de titularidad autonómica, serían las comunidades autónomas las que tendrían que subir sus impuestos si quieren gastar más, no el Gobierno Central. Si el Gobierno Central es el que sube los impuestos y luego se lo regala a las autonomías, el incentivo para gastar más de la cuenta es enorme», asegura De la Fuente.
Bajada del IVA
Una de las medidas planteadas es la rebaja del IVA en los productos básicos de manera que se ayude a las personas más desfavorecidas. «El problema es que esta es una forma muy ineficiente de ayudar a las familias de renta baja porque el impuesto también se baja a los que no lo necesitan, lo que hace que el coste recaudatorio sea enorme en proporción a la ayuda que se dá. Sería mucho mejor subir el tipo impositivo de estos productos y ofrecer algún tipo de compensación a las rentas bajas, quizás vía IRPF, defiende De la Fuente.
Sin embargo, en opinión de Pampillón, «la única manera de recaudar más pasa por perseguir el fraude, donde hay mucho que hacer, y subir el IVA, que es lo que más recauda en España». En este sentido, ha recordado que los tipos impositivos de este impuesto siguen por debajo de la media de la Eurozona y los países nórdicos.
Además, Pampillón ha advertido especialmente respecto a la propuesta de la formación morada de elevar el IRPF a las rentas del trabajo que ganen más de 120.000 euros del 45% al 48% y al 50% a las rentas llegando hasta el 52% para las rentas superiores a 300.000 euros, ya que los afectados «tienen otras maneras de colocar su dinero y mejores asesores fiscales». Al respecto, Juan Ignacio Sanz (Esade) ha advertido que el incremento de ciertos tipos del IRPF provocaría «un impacto pequeño desde el punto de vista recaudatorio».
