Rubén Doblas Gundersen, conocido como El Rubius, en uno de sus vídeos.
Madrid 20 ENE 2021 - 06:35 CET
A través de un directo en la red social Twitch, Rubén Doblas Gunderse, más conocido como El Rubius, anunció que se mudaba a Andorra. Se une así a una larga lista de youtubers en la que ya están nombres como Willyrex, Vegeta777, TheGrefg o Patry Jordan, quienes han trasladado su domicilio fiscal al país vecino con el único objetivo de pagar menos impuestos.
“El tipo impositivo de la renta allí es del 10%, al igual que el de sociedades”, explica José María Mollinedo, secretario general de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda. Por contra, el último tramo del IRPF en España (a partir de los 300.000 euros) puede alcanzar una carga del 47%. Una gran parte de los ingresos de El Rubius, con unas ganancias anuales estimadas en 4,3 millones de euros, entrarían en este sexto y último tramo. El youtuber, considerado el séptimo más popular del mundo en su ámbito, se defendía de las posibles críticas que, en efecto, han sonado con fuerza en las redes sociales, alegando que ya lleva 10 años de su trayectoria profesional cotizados en España.
Este tipo de movimientos no son nuevos, son frecuentes también en deportistas, actores, empresarios o demás profesionales con rentas altas, pero en el caso de estas celebridades resulta especialmente llamativo. “Solo hablamos de los conocidos, de los famosos, pero esto no es algo exclusivamente de ellos, sino que afecta a todos los que tienen cierto nivel de ingresos”, explica la directora de la agencia de influencers Hamelin Agency, Marisa Oliver.
En el caso contrario, sin embargo, destaca la figura de Ibai Llanos, otro de los creadores más conocidos del territorio nacional, quien defendió hace unos días, a través de un directo de Instagram, como ya ha hecho en repetidas ocasiones, el pago de impuestos en España. “Es normal que a la gente que es rica le quiten muchísimo dinero, y más, quizá, les debería quitar. Menos les deberían quitar a los que ganan mil, mil quinientos o menos. Toda mi familia está en esa situación. Ojalá a esa gente le quitaran menos. A mí me da igual que me quiten la mitad porque sigo viviendo de sobra”, insistió el comentarista de videojuegos, cuyos ingresos rondan los 1,3 millones de euros al año.
Esa es la clave para Mollinedo, quien hace hincapié en que la presión fiscal española está muy por debajo de la del resto de los países de la Unión Europea e insiste en que si esta estuviera alineada con la media de la UE, habría 77.000 millones de euros más para destinar al Estado de bienestar. “Entre los millones de seguidores que tienen estas personas, habrá muchos que se encuentren desempleados, otros que estén estudiando en lugares financiados con fondos públicos, otros cobrando ERTEs o demandando el ingreso mínimo vital. Incluso sus familias tendrán gente que necesite estas ayudas, cobre pensiones de viudedad, de dependencia, que habrán necesitado una hospitalización en un centro público... Eso es lo que tenemos que definir como país, tomar conciencia de que los bienes públicos cuestan dinero”, prosigue el secretario general de Gestha.
A pesar de la polémica que se ha levantado en las redes, Jesús Oliver, socio director de la agencia Wearecentric y profesor de ESIC, no cree que esto le vaya a pasar factura a El Rubius, sino que se diluirá rápido como la mayoría de crisis. Influye también el hecho de que la mayoría de los fans de estos creadores de contenido sean jóvenes, en su mayoría por debajo de los 18 años. “La generación Z está más comprometida con los temas sociales, medioambientales, animalistas... pero no con el tema fiscal. Tal vez los más mayores podemos tener una mayor sensibilidad con el tema y podemos pensar que nos es lícito, pero a los menores les queda lejos”, expone Oliver. Al contrario, el número de seguidores de sus compañeros de profesión que se marcharon a Andorra no han dejado de subir.
Por su parte, la socióloga y directora de crecimiento de Branward, Alejandra Nuño, llama a mirarlo desde la prudencia porque juzgar requeriría de más análisis, aunque cree que estos personajes públicos podrían utilizar su notoriedad para reivindicar un sistema que reconozca mejor el valor del esfuerzo y sea más sensible a las segundas oportunidades. “No lo juzgo, pero me encantaría que pudiera utilizar su influencia no para eludir impuestos, sino para luchar por los emprendedores. Los jóvenes siempre han sido reivindicativos y podrían ser embajadores de los valores del éxito, de transmitir que las cosas requieren un esfuerzo”, concluye Nuño, quien, a pesar de todo, reconoce la honestidad y la transparencia con la que El Rubius se ha comunicado con sus seguidores, al contrario que quienes han seguido caminos similares en la sombra.
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