Tan verdad es que no ha sido el primero como -por desgracia- cierto resulta que no será el último en marcharse, real o ficticiamente, al país vecino en aras de abaratar la factura fiscal.
¿Por qué a Andorra? Pues porque aunque legalmente no esté considerado un paraíso fiscal por España, de hecho lo es por su escasa tributación, presentando un sistema fiscal mucho más laxo que el de España y el de la mayoría de los países europeos.
En concreto, mientras que en España -dependiendo de la comunidad autónoma de residencia- se paga entre un 45 y un 50% por IRPF, en Andorra ese porcentaje se reduce hasta el 10%, independiente de la cuantía que se ingrese.
Pero valga destacar que El Rubius no se va de España porque aquí se paguen muchos impuestos -estamos incluso por debajo de la media europea-. Se marcha porque en Andorra se pagan muy pocos.
En cualquier caso, se trata de una decisión con importantes efectos colaterales, significativos tanto en el terreno económico como en el social. Y es que, pese a la dificultad de cuantificar las pérdidas para el erario público que conllevan las huidas a estos territorios de youtubers, deportistas y grandes fortunas en general; propicia todo un mazazo a la pedagogía fiscal.
"El Rubius ha mostrado sin tapujos ni complejos una tremenda insolidaridad"
Insisto, que me perdone su legión de seguidores que se extienden por todas las redes. Pero El Rubius ha mostrado, sin tapujos ni complejos, una tremenda insolidaridad.
Consciente, o no, de su (nula) ejemplaridad para millones de jóvenes; alguien debería explicarle a él y a sus seguidores que lo que el Estado recauda por sus pagos a Hacienda sirve para que sus familiares puedan ser atendidos en la Sanidad Pública, sus amigos -o él mismo- puedan haberse formado en la Educación Pública o concertada… Y todos nosotros, en definitiva, podamos ampararnos en el Estado de Bienestar. Máxime teniendo en cuenta que gracias a todos nosotros -o a quienes vean sus vídeos-, él puede presumir de encontrarse en el selecto club de los que cuentan sus ingresos en más de seis dígitos.
Que lo que ha anunciado El Rubius sea legal dependerá de los días que resida verdaderamente en Andorra (donde el youtuber tendría que vivir más de medio año). Algo que la AEAT vigila e inspecciona, puesto que quienes fingen un traslado de domicilio para pagar menos impuestos podrían incurrir en un delito fiscal, en función del dinero evadido.
En este contexto, recordemos que el fraude fiscal cada año provoca unas pérdidas a las arcas públicas de 91.600 millones de euros: 60.600 millones por impuestos evadidos y 31.000 millones por cuotas defraudadas a la Seguridad Social.
Y no es un problema específico de los youtubers, sino que lamentablemente también atañe a las grandes empresas transnacionales, y especialmente a las tecnológicas. El debate en la OCDE, la UE y otras instituciones supranacionales está servido: el sistema tributario ha quedado obsoleto en relación a este tipo de actividades.
Ha llegado la hora de actualizarlo, sin demoras, lo que requeriría una acción coordinada de armonización fiscal.
Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha)