Hacienda ya ha remitido a Bruselas su plan de control tributario para este año y ha hecho público algunos de los objetivos más importantes que el Fisco pretende llevar a cabo en 2021. Uno de estos horizontes a alcanzar sería llevar a cabo 6.591 investigaciones en el ámbito tributario para detectar actividades no declaradas.
Concretamente, según figura tanto en el anexo publicado por la Comisión Europea sobre el Plan de Recuperación de España, como en los objetivos de control de la Agencia Tributaria para 2021, la inspección llevará a cabo 4.447 actuaciones de investigación para detectar la ocultación de actividad y el abuso de formas societarias y 2.144 inspecciones para analizar los patrimonios y las sociedades. De este modo, según el texto publicado por Bruselas, se harán "6.591 investigaciones para detectar actividades no declaradas", es decir, un 13% más que en 2020, cuando hubo 5.743.
Estas investigaciones que en realidad representan una parte muy pequeña del día a día de la inspección, van dirigidas a "atajar el fraude más flagrante, que suele darse a través de sociedades interpuestas o por parte de profesionales autónomos con ingresos altos a los que les sale mejor tributar por el Impuesto de Sociedades que por IRPF y no cumplen las condiciones para tributar como una sociedad. Para que se dé una investigación como ésta, tiene que haber un fraude muy singular, ya que en la mayoría de ocultaciones de ingresos que hacen los autónomos aflorarían con una simple comprobación", explicó José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha),
Según Mollinedo, la mayoría de las veces se verifican los datos de las bases informativas con los de las declaraciones y, las discrepancias, se comprueban con requerimientos de documentos. Las visitas e investigaciones propiamente dichas no son necesarios en el 99% de los casos en los que hay una comprobación tributaria a un autónomo, "ya que casi siempre basta con enviar una carta certificada del inicio de la inspección, en la que se solicita documentación de los impuestos a investigar, y se incluye un modelo de representación para que el asesor envíe la información requerida a la Agencia Tributaria.
No hay que olvidar que la Agencia Tributaria hace cientos de miles de actos administrativos cada año -en 2021 se prevén entorno a 1,4 millones de actuaciones al conjunto de los contribuyentes- y aunque las investigaciones a las que se refiere el plan suponen un impacto económico mayor, son muy pocos los que normalmente interponen sociedades para que no se vea quien es el titular real de determinados bienes, situándolas por ejemplo en paraísos fiscales. También se dan estas investigaciones por abuso de formas societarias, que puede afectar a autónomos muy concretos, profesionales del mundo del deporte o la música, por ejemplo".
Desde hace años la Inspección de la Agencia Tributaria ha investigado a muchos profesionales, entre ellos, presentadores, actores, deportistas de élite y otras muchas celebridades, que habían creado empresas para tributar por el Impuesto de Sociedades (IS). Esta fórmula era utilizada para beneficiarse de un tipo impositivo menor y para acceder a ciertas deducciones. Sin embargo, la AEAT ha ampliado el cerco de profesiones bajo vigilancia y, a día de hoy, toda actividad de carácter personalista que opere a través de una sociedad corre el riesgo de ser inspeccionada. Para Hacienda, los profesionales con ingresos derivados de su propia actividad deberían tributar como autónomos y no como sociedades.
Al parecer, el Fisco habría ampliado su lista de inspección a prácticamente todos los sectores en los que se encuentran profesionales al frente de una sociedad mercantil. Sólo con los objetivos recogidos en el Anexo del Plan de Recuperación publicado por Bruselas habría más de 4.000 investigaciones que se llevarían a cabo por estos motivos. Así, no sólo corren el riesgo de ser investigados por esta causa aquellos profesionales que tengan una sociedad para tributar sus ganancias por su condición de artista, deportista o escritor, sino también aquellos que se dediquen a actividades profesionales como la medicina, la arquitectura o la abogacía, que también realizan en algunos casos este tipo de prácticas.
Por otro lado, las investigaciones también pueden darse cuando hay tramas organizadas para defraudar, "normalmente en los casos de facturas falsas. Por ejemplo, ha ocurrido con empresas de transporte que daban de alta a falsos autónomos y defraudaban a través de falsas facturas que les hacían. O, negocios que tenían licencias de taxi pero, en realidad, ese taxi no lo dedicaban a la actividad de transporte de personas como deberían, sino que lo tenían para uso de los socios de la empresa y facturaban por servicios que no hacían y luego se deducían. También ha sido frecuente en sectores como el de la construcción", dijo el secretario general de Gestha.
Si bien estos registros figuran en el componente 27 del plan remitido a Bruselas, en realidad, desde la Agencia Tributaria recuerdan que no son necesarios en el 99% de los casos en los que hay una comprobación tributaria a un autónomo, ya que en la inmensa mayoría basta con enviar una carta certificada del inicio de la inspección, en la que se solicita documentación de los impuestos a investigar, y se incluye un modelo de representación para que el asesor envíe la información requerida a la Agencia Tributaria", explicó José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha).
Según los técnicos de Hacienda, con esto sería suficiente en la inmensa mayoría de los casos, en los que el fraude de los autónomos aflora tan sólo solicitando determinadas facturas para verificar si se han cumplido las obligaciones fiscales. Si no, "también bastaría con la visita acordada para comprobar in situ si la producción y venta que declara este negocio se ajusta a lo que declara. Cuando se recurre al elemento sorpresivo es porque hay un fraude suficientemente flagrante, en el que además existe riesgo de que se destruyan los indicios que están en la sede del negocio".
El programa de investigación marca la mayor parte del día a día de los inspectores de Hacienda. En el plan de selección de los técnicos entran algunos de los negocios que presentan discrepancias entre lo que se declara y lo que el Fisco conoce por sus bases de datos. "Cuando nosotros incluimos en este plan a un contribuyente es porque tiene una discrepancia importante", aseguró Mollinedo.
Cuantas más discrepancias tiene un contribuyente, "más posibilidades tendrá de ser llamado. Es así de sencillo. Mucho más teniendo en cuenta el escaso número de efectivos que hay y el tiempo de trabajo que recae sobre cada uno. No es posible investigar a todos, pero sí se puede hacer una labor de concienciación y centrarse en las discrepancias más abultadas", añadió el secretario general de Gestha.
Esas discrepancia pueden ser muy variadas: "personas que presentan bajas rentas o bajos beneficio y que, sin embargo, tienen desde vehículos de gama alta hasta embarcaciones recreativas o incluso son titulares de una tarjeta visa oro. Ese tipo de cuestiones, que son signos externos, ya nos determinan y levantan las sospechas", explicó José María Mollinedo.
Devoluciones de impuestos excesivas
Uno de los motivos más frecuentes por los que un inspector de Hacienda se acercará a un negocio es una devolución del IVA excesiva. Es decir, si la declaración del IVA (el modelo 303) sale a devolver con una cuantía sospechosamente generosa será uno de los motivos claros por los que el Fisco se interesará por las cuentas del autónomo.
Descuadres entre modelos trimestrales y modelos anuales
Es imprescindible que encajen las declaraciones trimestrales de IVA o IRPF (modelos 303, 130…) con los modelos anuales (modelo 390,190…), ya que estos últimos informan sobre toda la actividad anual del negocio. Por lo que lo natural sería que ambas declaraciones cuadren.
Hacienda, por supuesto, también vigila a los beneficiarios de subvenciones públicas, si se han declarado correctamente en el apartado que les corresponde, según su naturaleza. Esto podría ser especialmente relevante tras un año y medio de crisis, ya que miles de autónomos han recibido prestaciones y subvenciones que, en la mayoría de los casos, no están exentas de tributar.
La Agencia Tributaria dispone de alertas para los contribuyentes que presentaron su declaración durante unos años y dejan de hacerlo. Hacienda estará detrás del autónomo para averiguar el motivo. Hay que tener en cuenta que el Fisco conoce los datos de cualquier negocio y, por ende, podría pedir explicaciones si no ve motivos para dejar de declarar.
Con cualquier profesional, saltan las alarmas desde el momento en que no se registra casi ningún movimiento en la cuenta y ningún tipo de consumo diario. Si un autónomo de cualquier oficio cobra en B habitualmente, lo normal es que no saque dinero de su cuenta, porque con lo que ingresa en efectivo y no declara puede vivir y consumir tranquilamente. "Cuando nos damos cuenta que el profesional no ha hecho ningún reintegro para el consumo diario, nos saltan rápido las alarmas porque lo que está claro es que nadie vive del aire", aseguran desde Gestha
En estos casos, en los que existe una sospecha fundamentada de que hay fraude, muchas veces, no hace falta ni siquiera detectar el propio dinero en B. Aunque no se descubra la venta oculta, se puede descubrir fácilmente el incremento patrimonial no justificado "No siempre se puede probar que un profesional que trabaja con clientes particulares está ingresando en efectivo sin declarar ese dinero. En todo caso, siempre se puede demostrar que no es posible que este profesional viva sin sacar ni mover dinero de la cuenta", añadió el secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda.