AGENCIAS | Jueves, 8 de julio de 2021, 19:00
Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) han alertado de una caída próxima al 20% en los resultados ordinarios de las actuaciones realizadas por la Agencia Tributaria en 2020 en prevención y lucha contra el fraude, que han sido publicados este jueves por el Ministerio de Hacienda.
Sobre los resultados extraordinarios de minoración de pagos fraccionados por 4.487 millones de euros que según la propia Hacienda "serán de difícil repetición en otros ejercicios", los técnicos ven un intento de maquillar los resultados para dar una imagen de eficacia que no se corresponde con la realidad.
Asimismo, Gestha reclama en un comunicado la información de las denuncias por delito fiscal, que acumulan años de descenso considerable, y considera importante y necesario esclarecer las cifras correspondientes al año 2020, por lo que no entiende que se hayan omitido.
Por otra parte, los técnicos piden al Gobierno que aclare qué parte de la reducción de la deuda pendiente de cobro es atribuible a los pagos realizados por los deudores y qué porcentaje se debe a insolvencias definitivas y a anulaciones de los tribunales, por mucho que la deuda pendiente se haya reducido un 2%.
Gestha, aún cuando preveía una cierta caída de las cifras de recaudación por culpa de la pandemia, considera que el resultado publicado este jueves "es más que elocuente" sobre la necesidad de dotar a los técnicos de más competencias y responsabilidades a la hora de luchar contra el fraude fiscal.
Y ello poco después de haber trasladado su descontento y decepción porque Hacienda rechazara "sin una justificación" las propuestas de transacciones de los grupos parlamentarios para hacerlo, teniendo en cuenta que representan el 83% de los funcionarios del grupo A en las áreas funcionales y sus competencias están limitadas a la comprobación tributaria de los trabajadores, autónomos y pequeñas empresas.
En este marco, Gestha considera que la nueva ley contra el fraude fiscal no reducirá la economía sumergida porque no incorpora medidas organizativas para que se asegure su aplicación, y afirma que es menos ambiciosa que la Estrategia 2050, que prevé situar la economía sumergida en el equivalente al 15% PIB en 2030.