Durante los últimos años resultan bastante habituales las acusaciones por delitos fiscales en el mundo del fútbol, donde llueven millones y millones de euros. Es, por ejemplo, el caso del nuevo entrenador blanco, a quien Hacienda acusa de ocultar sus ingresos por derechos de imagen en 2014 y 2015 tras una compleja estructura fiscal.
Por estos hechos, la Fiscalía le acusa de dos delitos. De considerarse agravados, si la cuantía defraudada supera los 600.000 euros, podrían conllevar penas de entre los 2 y los 6 años; o de entre 1 y 5 años si no conllevaran tal consideración.
Sin embargo, hay que recordar que en muchos de estos casos, a pesar de tener, en principio, acusaciones que pueden conllevar penas superiores a los dos años -umbral a partir del que normalmente se entra en prisión en España si no se tienen antecedentes penales-, resulta frecuente llegar a acuerdos con la Fiscalía y la Abogacía del Estado. De esta forma, las penas acaban siendo inferiores a los dos años, pero teniendo en cuenta una atenuante muy cualificada de reparación del daño. La mayoría de los acusados acaban pagando las cantidades adeudadas a Hacienda antes de llegar a ese momento.
Las estrellas del fútbol acuden, en muchas ocasiones, a prácticas de elusión fiscal que son planificadas por sus asesores. Alguna vez, dado que la línea que la diferencia de la evasión es muy fina, estos colaboradores incurren directamente en fraude fiscal y en delitos fiscales por las elevadas cuantías de dinero que se manejan. En estos casos, tratan de abaratar al máximo su factura fiscal.
Hemos visto durante tiempo que los asesores fiscales, consultores o abogados que ayudan a planificar estas operaciones de “ingeniería fiscal”, que a veces son entramados ilícitos, no han sido acusados por los tribunales. Es más, incluso en ocasiones ni tan siquiera son perseguidos por Hacienda.
Es verdad que Messi pudo marcar un punto de inflexión. Y es que si bien sus asesores y consultores no fueron denunciados, la sentencia del Tribunal Supremo echa en cara a la Agencia Tributaria y a la Fiscalía no haberlos puesto ante la justicia, ya que, en muchos casos, estos expertos deberían ser considerados cooperadores necesarios en los delitos cometidos por los jugadores. Desde entonces ha habido cierto cambio que se ha podido ver en algunos casos que han salido a la luz, como el de Shakira, en el que tanto ella como su asesor en EEUU han sido acusados de delitos fiscales.
Sin generalizar, lo cierto es que estas personas difícilmente pueden llegar a planificar su fiscalidad de esta manera, ni elaborar esos entramados societarios (muchas veces con ramificaciones en paraísos fiscales) sin contar con la ayuda de expertos. Por tanto, desde el punto de vista del derecho penal, estos asesores deben ser, cuando así se demuestre, considerados como cooperadores necesarios en el delito. Son personas sin las cuales no se hubieran podido cometer a pesar de que en los tribunales intenten rehuir de sus posibles responsabilidades.
Ojalá, a la vista de la sentencia del Supremo en el caso Messi, la situación vaya cambiando para saber quiénes son realmente todos los culpables de los delitos fiscales que se cometen en el mundo del fútbol.
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Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)