SÁNCHEZ PROMETE "UNA REBAJA FISCAL"
Ahora queda por saber cuáles serán estos productos y cuánto se reducirán los impuestos que sobre ellos se aplican. Habrá que esperar al menos hasta el 29 de marzo para saberlo, cuando supuestamente se aprobará esta rebaja fiscal, tras las cumbres que se han convocado en la Comisión Europea para el 24 y 25 de marzo, según aseguró el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A falta de que se apruebe la esperada rebaja, todo apunta a que podrían - y deberían- ser los carburantes, tanto el diésel como la gasolina, y algunos productos básicos como el aceite de girasol y las materias primas que utilizan agricultores y ganaderos, los principales objetivos de esta bajada impositiva.
Máxime cuando el diésel se ha convertido en un artículo de lujo para los transportistas, superando en este momento los 1,95 euros por litro – un 40% más que en marzo de 2021-. Situación insostenible para los taxistas, camioneros, agentes comerciales, o furgoneteros que ven cómo el coste principal de su actividad se come prácticamente la totalidad de sus ingresos. La asfixia llega hasta tal punto que algunos de estos trabajadores por cuenta propia han visto dispararse más de un 60% los costes de su actividad. Lógicamente, de no solventarse inmediatamente este problema, advierten que no van a poder seguir transportando mercancías o personas.
La situación tampoco es mejor para los agricultores, ganaderos, pescadores y demás autónomos del sector primario que no sólo ven subir sus costes por el precio desorbitado del carburante, sino también por el aumento que están sufriendo prácticamente todas las materias primas que necesitan para desarrollar su actividad. Además, el impacto de la invasión también está afectando al sector agrícola en lo referente a las exportaciones de productos como cereales y fertilizantes. "Todo ello en un contexto en el que el Gobierno, lejos de recaudar menos está prácticamente doblando la recaudación vía impuestos indirectos. Mientras que para los autónomos y consumidores vulnerables la inflación supone estar más ahogados, para el Ejecutivo significa lo contrario, porque recauda más a través de la tributación indirecta que se aplica sobre estos productos que no paran de subir", explicó Antonio Pedraza, Presidente de la Comisión financiera del Consejo General de Economistas (CGE).
Según Pedraza, son precisamente los impuestos indirectos, principalmente el IVA, los que tendría que rebajar el Gobierno. "Se tiende a poner el foco en los impuestos directos, como el IRPF, pero dónde más margen habría ahora mismo sería en los impuestos indirectos, porque es donde realmente el Gobierno está multiplicando su recaudación, mientras que el contribuyente ha perdido cada vez más poder adquisitivo. Es muy sencillo de entender. Imaginemos que el carburante costase en diciembre un euro y ahora cuesta dos. Con el mismo 21% de IVA, sin necesidad de subir impuestos, el Ejecutivo habría doblado la recaudación. Esto no sólo ha sido en los hidrocarburos, sino en casi todos los productos de consumo, que encarecen la cesta de la compra y suben el precio. Es ahí donde se tiene que producir la bajada".
Según Pedraza, si se redujera al 10% el IVA en el caso de la gasolina, " el impacto para el Estado, al haber subido tanto el precio, sería pequeño, mientras que para los consumidores, la reducción sería considerable".
Pero la rebaja fiscal, para los economistas, no tendría que ir sólo enfocada al IVA, sino en general a los impuestos indirectos, como puede ser el impuesto sobre los hidrocarburos, que es el principal ingreso que llega a las arcas públicas en forma de tributos especiales. Basta con decir que, en conjunto, estos impuestos recaudaron en 2021 poco más de 19.000 millones de euros, y más de 11.000 correspondieron al tributo especial que grava la gasolina y el gasóleo.
De hecho, según calculó el presidente de la Comisión financiera de CGE, "la gasolina y el gasóleo, sin la imposición indirecta que tienen ahora mismo por IVA e Impuestos especiales, estarían ahora mismo muy por debajo de 1 euro por litro. Por lo tanto, la solución para bajar este precio desorbitado está muy clara. Hay que reducir los tipos en estos impuestos en productos de energía, hidrocarburos y otros bienes de consumo básicos que están encareciendo la cesta de la compra -como el aceite de girasol-. Así se lograría aligerar la carga impositiva que están soportando las clases medias y bajas, y los autónomos y pequeños negocios".
A pesar de la promesa del Gobierno, algunos expertos avisan de que no va a ser tan sencillo reducir los tipos aplicables de IVA e impuestos especiales. Según José María Mollinedo, secretario general del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha),"tanto el IVA como el impuesto de hidrocarburos se enmarcan en normativas europeas, que están armonizadas para evitar, entre otras cosas, la competencia fiscal entre los distintos países miembros. Hay diferentes directivas que, a día de hoy, limitan los tipos y permitirían bajar muy poco estos dos tributos al Gobierno español. En el caso del IVA, directamente no podría, y en el Impuesto de hidrocarburos, tendría poco margen de maniobra".
Ante esto, caben dos posibilidades para que el Gobierno cumpla con su palabra y, efectivamente, reduzca los impuestos en "los productos que más se han visto impactos por la inflación", como dijo la ministra de Hacienda. La primera sería que los días 24 y 25, el Consejo Europeo decidiera de forma unánime entre los 27 países miembros una reducción temporal de los tipos aplicables del IVA, por ejemplo, al 10% en carburantes y a un tipo super-reducido en otros bienes de consumo. Esta alternativa sería la más sencilla para el Ejecutivo, ya que cumpliría con la normativa europea y podría reducir de forma temporal la presión fiscal sobre los productos que más están afectando el nivel de vida de los autónomos y demás contribuyentes.
La segunda solución sería que España hiciera como ha hecho Polonia y asumiera las sanciones por saltarse las directivas sobre el IVA e impuestos especiales. Esta opción, según diferentes expertos consultados por este diario, aunque tendría consecuencias claras, tampoco sería descabellada, dada la difícil situación que están viviendo muchos sectores. A veces es mejor pagar una multa que dejar desprotegido a todo el tejido productivo.
Desde Gestha, sin embargo, creen que podrían ser más "efectivas otras medidas más allá de las bajadas de impuestos. Podemos entender que se pongan en marcha medidas paliativas que la sociedad pide, pero vemos otras más eficaces, para que el ciudadano tenga un kilovatio más barato o un litro de carburante menos costoso. A nivel interno se pueden hacer cosas con el mismo dinero que supondría la bajada de impuestos, por ejemplo, dedicar esa cantidad a invertir en desgravaciones fiscales para fomentar el cambio de los motores que utilizan los transportistas, agricultores y demás autónomos para que éstos sean más eficientes".
Además, según recordó Mollinedo, "ayer la OCDE propuso aumentar los impuestos a las eléctricas por sus ingresos extraordinarios, y dedicarlos a los consumidores más vulnerables. También podría ser una buena propuesta".
Así mismo, como avanzó Europapress, el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos- ATA, Lorenzo Amor, también pidió rebajar el precio del carburante. Según Amor, España tiene margen para reducir casi treinta céntimos el precio del carburante". Por ello, pide bajar el impuesto de hidrocarburos y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), "como ya han hecho otros países, que han tomado esta determinación".
Lorenzo Amor explicó que dos de cada tres autónomos no han recuperado los niveles previos a la situación anterior a la pandemia y ahora, con la guerra, se han disparado aún más los precios energéticos, que ya estaban bastante elevados, "así como los precios de los carburantes, que ya habían subido desde junio del año pasado".
Por ello, el presidente de la Federación exigió al Gobierno también que se apruebe una moratoria de un año para que los 900.000 autónomos y pequeños negocios que tienen solicitado un préstamo ICO y han de devolverlo a partir del mes de abril o de mayo. Ampliar el plazo permitiría dar más tiempo para que "no se vean en la complicación de tener que contar con un vencimientos de esos créditos ICO y no tener la liquidez para poder afrontarlos"